miércoles, 6 de junio de 2018

Los patios cordobeses






    Un día principios de mayo la viajera disfruta de la Fiesta de los Patios Cordobeses, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2012. Patios hay montones en la ciudad de  Córdoba. Seis rutas oficiales marcadas: el Alcázar Viejo, Judería-San Francisco, Regina-Realejo, Santa Marina-San Agustín, San Lorenzo, Santiago-San Pedro. La viajera no puede visitarlos todos y ha tenido que escoger. Por la mañana, accede por la Puerta de Sevilla al barrio de San Basilio o Alcázar Viejo, situado en la zona suroeste del casco antiguo, considerado como el barrio de los Patios de Córdoba por excelencia. Como estaba muy concurrido sólo pudo ver uno de ellos después de esperar durante un cierto tiempo. En la zona Judería-San Francisco la viajera accede a otros  con menos afluencia de público y luego descansa tomando un montilla, un salmorejo fresquito y un flamenquín. Termina el día  en San Lorenzo considerado  uno de los barrios  más importantes en la historia de los patios cordobeses. 


   En general, todas las casas blancas cordobesas con patio son bajas, de uno o dos pisos. Tras la puerta, sigue un vestíbulo o zaguán que da acceso al patio central a cuyo alrededor están las habitaciones.  El inmaculado color blanco de las fachadas y muros pintados con cal ofrece un luminoso fondo sobre el que destacan las flores que colorean los patios en diversas tonalidades como los tradicionales geranios y gitanillas. El suelo que suele estar pavimentado con losas de barro, las ventanas y balcones también se aprovechan para completar la decoración, empleándose el mismo tipo de tiestos de vivos colores o incorporando algunos de tamaño superior donde cultivar ejemplares de mayor porte, como naranjos, limoneros y otras plantas siempre verdes. Algunos patios también cuenta con fuentes o pozos, que  proporcionan un agradable frescor y  el delicioso murmullo del chapoteo del agua. 



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