domingo, 17 de junio de 2018

Cádiz




   Serena estaba la tarde, a principios de otoño, cuando la viajera llega a Cádiz cruzando las tranquilas aguas de la amplia bahía a bordo de un catamarán. El día era hermoso. Poco a poco, sobre un horizonte luminoso, se destacaba el perfil del gran puente de la Constitución de 1812. 






   Desde el mirador de la Torre Tavira la viajera contempla las esplendidas vistas de la ciudad y divisa, de manera clarísima, la enorme Catedral bicolor, con cúpula dorada y dos altísimas torres campanarios que enmarcan la fachada del templo situado casi al borde del mar azul. Comenzó a construirse en el siglo XVIII y se termina en el XIX, por lo que presenta diversos estilos.


   La ciudad blanca de paredes encaladas es famosa por el número de torres que la coronan. La utilizaban los comerciantes gaditanos para otear la llegada de barcos al puerto durante la prosperidad que tuvo en el siglo XVIII. En concreto, la Torre Tavira fue designada torre vigía oficial del puerto de Cádiz en 1778, por ser el punto de mayor altura. A la viajera le encantó la Cámara Oscura que actualmente alberga la torre. Allí se proyecta una imagen viva y en movimiento de lo que está ocurriendo en ese mismo instante en el exterior. 



   Se dice que “la tacita de plata” es la urbe más antigua de Europa: fue fundada por navegantes fenicios procedentes de Tiro (Libano) mil años antes de Jesucristo. Después Gádir  será romana, visigoda y musulmana hasta que la rescata Alfonso X, el Sabio, en el siglo XIII. Su máximo esplendor lo alcanza en el siglo XVIII con el traslado de la Casa de Contratación, encargada de los asuntos de América, desde Sevilla a Cádiz. En el año 1812 se promulga aquí la primera Constitución Española, conocida popularmente como La Pepa. 



   Después de contemplar las vistas de la histórica ciudad la viajera transita por sus calles estrechas. La preciosa fachada de ladrillo rojo del Gran Teatro Falla, escenario del famoso carnaval de Cádiz, la obliga a realizar un alto en el camino. En el Parque Genovés situado junto al atlántico mar la viajera disfruta de la Gruta, un lago con cascada y  patos. Luego pasea por el popular malecón hasta llegar al puerto donde la espera el catamarán que la llevará nuevamente al Puerto de Santa María.




La puesta de sol de un atardecer delicioso le acompaña en el trayecto de regreso.

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