lunes, 4 de marzo de 2019

Centro histórico de Granada.


   En el llano de la ciudad, en pleno centro de Granada, a la viajera le espera una ciudad vestida con corazones y numerosos monumentos históricos. Algunos fueron proyectados tras la toma de Granada por los Reyes Católicos, como la Catedral, la iglesia del Sagrario, la Capilla Real; y otros, durante la dominación musulmana, como la Madraza.



   La construcción de la Catedral renacentista, mandada por los Reyes Católicos a comienzos del siglo XVI, fue levantada, como era habitual durante la Reconquista, en el lugar que ocupaba la Mezquita Mayor. Desde la Plaza de las Pasiegas la viajera contempla la gran fachada principal, barroca, diseñada por el polifacético granadino Alonso Cano que recuerda a los arcos triunfales romanos, y observa que solo tiene una torre y que está inacabada. Adosada al templo cristiano, la Iglesia del Sagrario (siglo XVIII) y una pequeña iglesia gótica: la Capilla Real (siglo XVI) donde reposan los Reyes Católicos, su hija Juana la Loca y su esposo Felipe el Hermoso. Dentro de la Catedral se encuentra la Inmaculada del fascistol, una figurita de una virgen tallada y policromada por el pintor, escultor y arquitecto Alonso Cano. La viajera romántica Louisa Tenison, en 1853, en Castilla y Andalucía, escribe: “Este estilo de talla en madera, y su posterior policromado, para completar la ilusión óptica, es un arte que llegó a una gran perfección en España y cuenta entre sus seguidores a varios de los mejores artistas españoles. No existe otro país en el que la veneración por las imágenes haya llegado a tal extremo como en la Península." 

   En el centro histórico de Granada la viajera descubre algunos rincones decorados al estilo de la Alhambra, como la sala de oración de la Madraza. Este palacio se encuentra enfrente de la Capilla Real, en calle oficios. Se puede acceder a esta pequeña calle desde la puerta que da a la Gran Vía de Colón. El edificio construido en el siglo XIV durante la dominación musulmana fue la primera universidad islámica con la que contó Granada; pero su imagen actual no responde a la original, ya que ha sido objeto de diversas intervenciones. A partir de la conquista cristiana se transformó en el Ayuntamiento y actualmente pertenece a la Universidad de Granada. La fachada del palacio es de estilo barroco, y en su interior sobresale la mencionada sala de oración, único espacio que se conserva del edificio islámico original.



   La viajera después de contemplar el arte nazarí de la sala de oración de la Madraza pasea por la Alcaicería: el antiguo zoco musulmán de Granada, que aún conserva un uso comercial y un estilo árabe a pesar del incendio que sufrió el siglo XIX.






  Próximo a la Alcaicería, descubre el Corral del Carbón (siglo XIV), una alhóndiga nazarí: posada para albergar a los comerciantes y sus productos, y para almacenar los cereales que abastecían a la ciudad. Es la única alhóndiga de está época conservada en su totalidad en la península ibérica. Tras la conquista, la llamaron Corral del Carbón porque aquí se hospedaban los comerciantes del carbón. Después fue corral de comedias (siglo XVI) y corral de vecinos (siglo XVIII). Actualmente se destina a actos culturales. Destaca la monumental portada con arco de herradura de época nazarí. El interior dispone de un gran patio empedrado rodeado de tres pisos con galerías sostenidas por pilares, y una pila de piedra, en su parte central, con dos caños. Los materiales utilizados para la construcción, al igual que todo el arte hispanomusulmán, son pobres (ladrillo, yeso y madera), pero fueron muy bien empleados.




   Callejeando por Granada, la  viajera cruza la  Plaza de Bib-Rambla, presidida por la fuente de los Gigantes, la más conocida y famosa de la ciudad que durante decenios cumplió la función de Plaza Mayor y cuyo origen se remonta al periodo nazarí.



    Otra plaza histórica en Granada es Plaza Nueva donde destaca la espectacular fachada de la Real Chancillería, antiguo Tribunal y actual sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que mezcla elementos barrocos y renacentistas. Desde allí parte la pintoresca Carrera del Darro, situada entre la Alhambra y Albaicín; la cuesta de Gomérez, que sube hasta el palacio nazarí; y la calle Elvira, una larga ruta de bares, tabernas y bodegas.




   La Plaza Isabel la Católica, situada en el cruce de la Gran Vía de Colón con los Reyes Católicos, las dos vías principales con sus señoriales edificios decimonónicos, es relativamente nueva. Allí se alza una escultura en bronce de Isabel la Católica y Cristóbal Colón, rodeada por una fuente. Dicha plaza es una 
de las entradas al Realejo, antiguo barrio judío de la ciudad musulmana, y al hotel  boutique donde la viajera se hospeda.


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