La segunda escapada del año para la
viajera: Granada, la ciudad a los pies del Castillo Rojo, para recorrer
nuevamente las calles del último reducto islámico en la península ibérica, al
igual que hicieron algunos viajeros románticos del siglo XIX.
La Granada árabe se asentaba en el Albaicín pero los reyes
nazaríes, en el siglo XIII, construyeron sus palacios (la Alhambra y el Generalife)
en el cerro vecino, al otro lado del Darro, y la ciudad se extendió hacia el llano; y el antiguo barrio judío de la ciudad
musulmana se asentaba justo al pie de la Alhambra , lo que actualmente se conoce como el
Realejo.
La toma de Granada también supuso la expulsión de judíos y musulmanes. Como consecuencia , en los dos siglos siguientes la ciudad vio reducida su población a la mitad, y no sería hasta llegado el siglo XVIII cuando la economía empieza a recuperarse, gracias a la inmigración proveniente de otras provincias andaluzas y a una menor tasa de mortalidad.
Granada estuvo primero bajo
influencia romana y posteriormente visigoda y musulmana. Florece
cuando Al-Andalus, la España
mora, se fragmenta en las diversas
autonomías que llamamos las primeras taifas. Ante el avance de la reconquista cristiana,
los reinos de taifas pidieron socorro a
sus hermanos del norte de África: a
fines del siglo XI, vinieron los almorávides
que después de su reunificación vendrían las segundas taifas; y a principios del siglo XIII, vienen los almohades (el
ISIS actual) que después de su nueva reunifación siguieron las terceras taifas.
En
los años de rápida descomposición del imperio almohade que siguieron a la
batalla de las Navas de Tolosa, Muhammad ibn Nasr, señor de Arjona, se proclamó
independiente (1232) y a poco conquistó Granada, convirtiéndola en capital de
un pequeño reino que abarcaba fundamentalmente las actuales provincias de
Granada, Málaga y Almería. Tal fue el origen de reino nazarí, por el que la presencia islámica en la Península podría
prolongarse otro dos siglos y medio.
El dos de enero de 1492 Granada fue conquistada por los Reyes Católicos, sin ofrecer lucha, lo que supuso una política
de expansión urbanística. Se construyeron iglesias sobre el solar de las
mezquitas, como era habitual durante la Reconquista ;
y aunque la mayoría
hayan desaparecido, no ha
sucedido lo mismo con los aljibes que en
ellas se encontraban. Estos depósitos de agua, que en su mayoría fueron construidos entre los siglos X y XV, además de abastecer de agua a la población tenían una función religiosa, ya que gran
parte de ellos estaban asociados a mezquitas como elemento purificador antes de
entrar a rezar. Al mismo tiempo que se
demolían mezquitas, se abría aquel trazado laberíntico medieval a grandes plazas, como la de Bib-Rambla, la Plaza Nueva o el Campo del
Príncipe.
La toma de Granada también supuso la expulsión de judíos y musulmanes. Como consecuencia , en los dos siglos siguientes la ciudad vio reducida su población a la mitad, y no sería hasta llegado el siglo XVIII cuando la economía empieza a recuperarse, gracias a la inmigración proveniente de otras provincias andaluzas y a una menor tasa de mortalidad.
A comienzos del siglo
XIX se abre las dos vías
principales: calle Reyes Católicos y la
Gran Vía de Colón, lo que aportó algo de
modernidad a la ciudad con sus señoriales edificios. Será en este siglo cuando
Granada se convierte en el escenario del ideal romántico y atraiga a viajeros y
escritores de todo el mundo.
En el siglo XX con el
proceso de industrialización se duplica la población, se abandona el uso de los aljibes y comienza a
desarrollarse el turismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario