A unos 36 kilómetros de Cádiz se halla la ciudad señorial, no pueblo, de Jerez de la Frontera cuyas señas de identidad son sus bodegas y caballos. Por ello, puesta en Jerez, la viajera visita algunas de sus famosas bodegas donde cata sus vinos domiciliados (amontillado, fino, oloroso dulce) y admira el precioso callejón de los ciegos que se encuentra en la bodega donde se elabora el famoso Tío Pepe. A la viajera también le gustó el espectacular baile de los caballos andaluces que se realiza en la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre.
Dominando la ciudad está el impresionante Alcázar construida en el siglo XII por los fanáticos almohades que fueron expulsados en la centuria siguiente cuando Alfonso X el Sabio la conquista. Allí la viajera visita desde un baño árabe hasta un palacio renacentista.
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